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El huevo y la castaña

Jorge 28 febrero, 2012 37 2


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Simeone dijo hace poco que “el estilo del Atlético ya está marcado”. Pues bien, justo cuando se cumplen sus primeros 10 partidos oficiales al frente del equipo rojiblanco, es hora de analizar la filosofía de juego que ha inculcado el técnico argentino al equipo, la cual no solo les ha hecho recuperar el rumbo en liga y no perder ninguno de los últimos 6 encuentros a domicilio, sino que además ha servido para dejar maravillada a toda Europa con la forma en la que está compitiendo el Atlético de Madrid en este año 2012. Las diferencias con respecto a la ideología de Manzano saltan a la vista. Pero más allá de valorar la inmensa mejora a nivel individual que han experimentado jugadores como Godín, Tiago y sobre todo Juanfran desde que el cholo se ha hecho cargo del equipo, lo que vamos a analizar son los motivos, a nivel colectivo, por  los cuales el equipo ha experimentado esa “metamorfosis” en los últimos dos meses de competición.

Sistema táctico de Simeone (1-4-2-2-2)

¿Objetivo en defensa? Defender lo más lejos de la  portería de Courtois. Los rojiblancos someten a todos sus rivales a una INTENSA presión alta, para intentar recuperar el esférico lo antes posible, y a raíz de eso, montar su jugada de ataque.

¿Objetivo en ataque? Que el balón llegue lo antes posible a la zona de tres cuartos de campo, donde los colchoneros intentan buscar superioridad numérica colocando 2 futbolistas por dentro (Diego + Arda) y al menos dos (Juanfran / Filipe + Adrián) por fuera. ¿Resultado? Más capacidad de combinación (más apoyos) en el último cuarto, mayor profundidad y por consiguiente, más capacidad de desequilibrio en los últimos metros.

¿Cómo ha cambiado el concepto de juego?

Con Manzano de entrenador, el balón pasaba la mayoría del tiempo en el segundo tercio del campo. ¿Por qué? Intentábamos sacar la pelota jugada desde atrás, para luego comenzar a elaborar el juego ofensivo del equipo desde el centro del campo. Pero no teníamos los mediocentros adecuados para hacer eso, y debido a ello, a pesar de tener más posesión de balón (54.25% vs. 47.63%) y efectuar más pases de media por partido (512 vs. 449), llegábamos menos veces al área rival (31 vs. 33). La mayoría de los rivales no nos impedían tocar el balón por el centro del campo, pero nuestros ‘creadores de juego’ no tenían la visión y calidad suficiente para jugar entrelineas e ir AVANZANDO por el centro.

A falta de mediocentros que supieran organizar el juego y dar consistencia a las transiciones ofensivas del equipo, nuestros jugadores de más visión, Diego y Arda, se veían obligados a retroceder su posición para entrar en contacto con la pelota y así, ofrecer cierta frescura al juego del equipo. ¿Consecuencia? El equipo pasaba más tiempo en medio campo que en tres cuartos, una circunstancia que afectó muy negativamente a un Falcao que llegó a sufrir su peor sequia goleadora desde que aterrizó en Europa. En total, el colombiano anotó 12 tantos en 19 partidos (0.6 / partido) con Manzano de entrenador, mientras ahora lleva 8 en 10 con el cholo (0.8 / partido).

Y es que ahora, con Simeone, a pesar de tener menos posesión de balón, el equipo pasa más tiempo en el último cuarto del campo. ¿Por qué? El argentino ha acortado las transiciones del equipo, ignorando prácticamente el juego de elaboración en el centro del campo. El equipo ahora realiza un juego de alta intensidad, presión en todas las líneas, con TRANSICIONES COMPLETAMENTE VERTICALES, donde el papel que desempeña Diego Ribas (actualmente lesionado) tanto en ataque (visión y juego entrelineas) como en defensa (compromiso y agresividad) es absolutamente decisivo.

Por otra parte, ha liberado a los mediocentros de la pesada carga de hacer jugar al equipo, y en vez de eso, les exige un compromiso defensivo y una presión en campo contrario que produzca recuperaciones en zonas cercanas a la portería rival. Los pivotes rojiblancos ya no tienen la obligación de generar fútbol, sino de evitar que lo haga el adversario. No hay más que comparar las estadísticas de Gabi pre y post Simeone para darse cuenta de ello. El ex del Zaragoza tiene bastante menos protagonismo ofensivo en el equipo actual que el que tenía en el ‘free style’ de Manzano…

 

Con Simeone

Con Manzano

Tiros a puerta

6 en 656 m (1 cada 109 m)

23 en 1154 m (1 cada 50 m)

Asistencias

15 en 656 m (1 cada 44 m)

34 en 1154 m (1 cada 34 m)

 

…aunque ahora destaca mucho más por la intensidad con la realiza las labores defensivas…

 

Con Simeone

Con Manzano

Balones recuperados

74 en 656 m (1 cada 8.86 m)

81 en 1154 m (1 cada 14.20 m)

Faltas cometidas

27 en 656 m (1 cada 24.30 m)

31 en 1154 m (1 cada 37.23 m)


¿Y la solidez defensiva?

Es evidente que la filosofía de juego del equipo con Simeone es completamente ofensiva (no hay más que ver donde presiona el equipo), pero la clave del éxito que ha obtenido en estos primeros 10 partidos es la intensidad y coordinación con la que se están realizando las tareas defensivas.

El gran problema con Manzano, aparte de que la presión que ejercían los jugadores sobre el rival era demasiado blanda para un equipo que buscaba tener el dominio de la posesión, era que cuando el equipo sí tenía el esférico, no sabía qué hacer con él. Y es que, cuando no sabes mover el balón con buen criterio, lo pierdes con facilidad. De hecho, un gran porcentaje de los 35 goles que encajó el equipo con Manzano llegaron a la contra, tras pérdidas de balón en zonas comprometidas. No hay más que ver los partidos ante el Getafe, Espanyol, Betis o Athletic…

El principal cambio con Simeone es que el equipo ya no asume riesgos tales como intentar mover el balón por el centro del campo, reduciendo así las perdidas de balón en zonas comprometidas. Por otra parte, las dos claves que le han permitido al equipo ser más solido en la presión y recuperación son las siguientes:

  1. Presión múltiple. Los rojiblancos suelen ahogar a sus adversarios sometiéndoles a situaciones de ‘3 contra poseedor de balón’ en CASI todas las zonas del campo. Esto está siendo posible SOLO porque el conjunto de Simeone presiona de manera compacta en todas las líneas.
  2. Las faltas tácticas. Cuando el adversario logra enlazar una jugada de varios pases, los rojiblancos la suelen cortar mediante una falta. No dejan jugar al rival. De hecho, con Simeone, somos el equipo que más faltas comete de media por partido (21.3) en liga. Muchas de estas obstrucciones se realizan en campo contrario, para evitar que el rival pudiera encontrar situaciones de superioridad numérica ante nuestra defensa tras recuperar el esférico.

El fin de las rotaciones

El motivo principal por el que el Atlético de Simeone es más competitivo que el de Manzano, es que el argentino implantó un estilo de juego que ha resultado ser más fácil de asimilar para la mayoría de los jugadores (sobre todo mediocentros) de la plantilla rojiblanca. Pero es evidente que una de las claves para alcanzar esa competitividad fue que, desde su segundo partido, el cholo eligió un once tipo (dibujo parte superior), un sistema de juego (1-4-2-2-2) y solo una variante (1-4-2-3-1). Todo eso ha facilitado la adaptación de los futbolistas al sistema del técnico y sobre todo, ha mejorado el entendimiento entre ellos.

Pero ahora que el estilo se ha asentado y los jugadores se han adaptado a él, la siguiente prueba de fuego para el técnico argentino será ir repartiendo los minutos entre los menos habituales de una forma que el equipo no pierda competitividad y a su vez, pueda llegar físicamente entero a la parte decisiva del campeonato. La dificultad que eso entraña es que, al igual que temporadas anteriores (aunque no de manera tan exagerada), la diferencia entre los titulares y suplentes es inmensa. Pero Simeone se las tendrá que apañar para sacar el máximo rendimiento de jugadores como Sílvio, Domínguez, Assunçao, Mario, Salvío y compañía para poder dar continuidad a lo visto durante los últimos diez partidos oficiales.

¿Cosas a mejorar?

Pese a la teoría de Simeone de “llegar una vez y marcar un gol”, hasta ahora el equipo ha tenido dificultades para concretar las ocasiones (solo 14 goles en 10 partidos). De hecho, no ha podido marcar ningún gol en el 30% de los partidos que ha jugado con el técnico de Buenos Aires. Esa estadística tendrá que mejorar para que el equipo pueda tener opciones de meterse en la Liga de Campeones al final de está temporada.

Por otra parte, el Atlético hasta ahora, salvo en contadas excepciones, solo ha podido defender atacando. Los rojiblancos suelen imponer un alto ritmo de juego, que ocasiona que los partidos sean de ida y vuelta, en los que suelen imponerse a sus rivales debido a la presión que ejercen (intensa y coordinada) cuando no tienen la pelota en su posesión. Pero deben aprender a controlar (bajar) el ritmo del partido, sobre todo con el marcador a favor, para así administrar mejor la ventaja y también reducir el desgaste físico que supone jugar siempre a la máxima intensidad.

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Autor

Jorge

Atlético en las Antípodas, creador de Atleeeti! Podcast Rojiblanco. Optimista consumado (pese a Giles y Cerezos)

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Comentarios de las entradas

Esta publicación tiene actualmente 2 comentarios
  1. Cristian en 28 febrero, 2012

    Increible Mohit ! una analysis excelente, has encajado todos los cambios de la era Simeone. Perfecto, sigue asi 🙂

  2. Mohit en 29 febrero, 2012

    Comparación de resultados logrados con Manzano y Simeone…

    SIMEONE

    10 partidos, 5 victorias, 4 empates y 1 derrota. 19 puntos. 14 goles a favor y 4 goles en contra (+10).

    Fuera

    6 partidos, 3 victorias y 3 empates. 12 puntos. 9 goles a favor y 2 goles en contra (+7).

    MANZANO

    28 partidos, 13 victorias, 5 empates y 10 derrotas. 44 puntos. 45 goles a favor y 35 goles en contra (+10).

    Fuera

    13 partidos, 3 victorias, 2 empates y 8 derrotas. 11 puntos. 14 goles a favor y 25 goles en contra (-11).

    Si extrapolamos los resultados a una temporada de 38 partidos…

    -Con Manzano: 60 puntos. 61 gf y 48 gc (+13). Fuera (de 19): 16 puntos. 20 gf y 37 gc (-17).
    -Con Simeone: 72 puntos. 53 gf y 15 gc (+38). Fuera (de 19): 38 puntos. 29 gf y 6 gc (+23).

    PD: Muchas gracias Cristian.

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